Una tortura transitar por las calles de Ranchos Guayama en Salinas

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El Patriota del Sur
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Para los residentes y visitantes de la comunidad Ranchos Guayama de Salinas transitar por sus calles se ha convertido en una tortura, debido al estado de abandono, las profundas grietas y la exposición constantes a cenizas tóxicas de carbón.

Según Paquita García González, quien lleva casi 30 años viviendo en la comunidad, en su residencia se realizó una reunión de los vecinos con la alcaldesa de Salinas, Karilyn Bonilla Colón, en el 2014.

“La alcaldesa se comprometió a arreglar el camino para embrearlo. Incluso nos dijo que preparáramos la fiesta que íbamos a hacer cuando se embreara. Ella me dijo que estaba esperando un dinero, el cual se iba a invertir en las carreteras de Santa Fe y Ranchos Guayama. Pero nunca cumplió. Yo volví a hablar con la alcaldesa muchas veces, pero me cansé de ir a la alcaldía y pedir citas”, expresó García González.

A pesar de que en la comunidad se realizan actividades reconocidas a nivel nacional, como la Feria del Libro Usado y el Agromercado Caribe, en las cuales han participado miles de visitantes por los pasados 17 años, la administración municipal ha dejado deteriorar al extremo las calles Betances y Pachín Marín.

De igual forma, la calle Luis Llorens Torres, una de las más afectadas, se ha convertido en un peligro para los autos que transitan diariamente, debido a profundas grietas que se han agudizado a través de los años.

Además, la salud de los residentes también se ha visto afectada por la exposición de cenizas tóxicas de carbón presentes en casi todas las calles de la comunidad.

En el 2006, miles de toneladas de cenizas fueron depositadas en las calles de Ranchos Guayama, bajo la incumbencia del ex alcalde, y ahora senador, Carlos Rodríguez Mateo.

“Yo limpio la mesa y lo que recojo es un polvo negro. Esas cenizas nos afecta la piel y nuestra salud”, aseguró Paquita.

Su esposo, don Herminio Alfonso Díaz, comentó que las cenizas de carbón las depositaron encima de la brea original de la calle.

“Esa calle tenía brea antes. Las cenizas las tiraron encima de la brea original, que en algunos lugares estaba bien. Eso lo subieron más de dos pies. ¿Sabrá Dios cuantas toneladas tiraron?”, explicó don Herminio.

Por su parte, la Legisladora Municipal del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), Litzy Alvarado Antonetty, aseguró que en varias ocasiones ha cuestionado la falta de atención a la comunidad de Ranchos Guayama.

“Durante la evaluación del presupuesto y en el informe que la alcaldesa entregó a la legislatura municipal en octubre, se presentó un listado de las comunidades que se iban a embrear, pero Ranchos Guayama no estaba. En varias ocasiones he recordado a la Legislatura Municipal la situación de Ranchos Guayama. Pero, a pesar de los compromisos hechos, y de los $2.1 millones asignados por FEMA para reparar y embrear las calles, la alcaldesa no ha cumplido con los vecinos de la comunidad”, expresó.

Sobre el asunto de las cenizas, la legisladora del PIP, quien también es profesional de la salud, dijo que la administración municipal debió tomar hace tiempo este asunto con mucha seriedad y urgencia.

“Tenemos una comunidad, que en su mayoría son personas mayores de edad, expuestas continuamente y durante años a un desperdicio tóxico. Eso tiene un efecto muy nocivo en la salud de las personas que viven allí. Hace tiempo la administración municipal debió exigir al gobierno y a la empresa AES asumir responsabilidad en este asunto tan peligroso”, finalizó Alvarado Antonetty.

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