Ariel Torres Meléndez, presidente de la Corporación para la Defensa del Poseedor de Licencia de Armas de Puerto Rico (CODEPOLA), se mostró muy satisfecho por la determinación de la juez Carol Ortiz Rivera, quien impuso ayer tarde sentencia de 63 años de prisión al teniente Alberto J. Rivera Ortiz, exdirector de la Unidad Canina del Negociado de la Policía de Puerto Rico, por tentativa de asesinato en primer grado y disparar o apuntar un arma de fuego sin licencia y otros delitos en hechos relacionados al incidente ocurrido el 1 de enero de 2022 en el restaurante Puerta del Sol en Salinas.
La sentencia al teniente fue de 63 años, pero como 23 años son concurrentes, estaría cumpliendo unos 40 años tras las rejas por los delitos cometidos en contra de los clientes de CODEPOLA.
“Siempre estuve confiado en que se haría justicia y que no quedarían impunes los delitos cometidos. Desde el día uno, vi como el agente Walter Maldonado y la supervisora del Negociado de Investigaciones Especiales (NIE), Edna Cruz, trabajaron cuidadosamente la investigación, y el trabajo de las fiscales Melitza Osorio y María del C. Rossy, que lograron sostener ocho de los diez cargos sometidos”, manifestó Torres Meléndez.
Recordó que “desde un principio levantamos la voz y advertimos al pueblo de Puerto Rico para que no se apresuraran a sacar conjeturas por el hecho de que eran jóvenes. Insistimos en que estos comensales eran inocentes de las imputaciones que les había hecho la Policía de Puerto Rico en un comienzo de la investigación, catalogando a los afectados como criminales, con intenciones de alterar la paz en este establecimiento y finalmente se hizo justicia”.
El presidente de CODEPOLA dijo que el trabajo que realizó en NIE al recuperar las grabaciones de cámaras de manera rápida y las declaraciones de testigos que vieron el abuso que se cometió contra estos jóvenes y que cooperaron con toda esta investigación, “podemos decir que la justicia no es ciega. Se sacó del camino a un oficial que no estaba honrando el uniforme de la Policía de Puerto Rico y era una vergüenza para sus compañeros en la uniformada”.
Según trascendió durante el juicio, tres (3) personas estaban compartiendo en la barra del mencionado negocio en Salinas cuando el dueño del restaurante, quien a su vez era teniente de la Policía de Puerto Rico adscrito a la Unidad Canina, le profirió palabras obscenas frente a los empleados y comensales, luego se acercó a uno de los perjudicados y le viró su bebida. Cuando el caballero se levantó y se limpió su camisa, el teniente sacó su arma de reglamento y le disparó en la ingle sin mediar palabra. Luego de esto, procedió a agredir a otro de los acompañantes en el rostro con su arma de reglamento. Entonces, regresó a donde estaba la persona herida de bala en el suelo y continuó golpeándolo”.
Tras el incidente, compañeros de la Uniformada del Distrito de Salinas expresaron a los familiares de los heridos que “habían tenido que intervenir anteriormente con el teniente por su carácter y agresividad. Ex Oficiales de la Policía de Puerto Rico lo catalogan como un ‘Happy Trigger’ ”.
El presidente de CODEPOLA concluyó que “este caso quedó demostrado que, aunque el acusado sea un oficial de la Policía de Puerto Rico, estamos hablando de un menú de delitos que difícilmente un magistrado podía dejar pasar. Era necesario detener a un oficial que no respetaba las leyes que algún día juró defender”.
